Unas 100 mil personas conviven con Parkinson en Argentina

La enfermedad de Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento que ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina. Algunos casos son genéticos, pero la mayoría no parece darse entre miembros de una misma familia.
“El Parkinson, suele manifestarse en personas mayores de 55 años, aunque también puede presentarse antes de esa edad. Se trata de una afección progresiva y crónica que afecta el sistema nervioso central debido a la pérdida de células productoras de dopamina, un neurotransmisor fundamental para el control del movimiento. Además de los síntomas motores, el Parkinson también puede afectar la cognición, el comportamiento y la esfera emocional”, explicó la Dra. Valeria El Haj.
Los signos más característicos de la enfermedad incluyen:
- Temblor en reposo, que suele iniciar en un lado del cuerpo y desaparece con la acción.
- Rigidez muscular, que puede causar dolor y dificultad en los movimientos.
- Bradicinesia, es decir, lentitud para iniciar y mantener los movimientos.
- Inestabilidad postural, lo que puede aumentar el riesgo de caídas, especialmente en etapas avanzadas.
Estos síntomas suelen confundirse con otras condiciones, lo que puede hacer que muchas personas tarden entre 3 y 5 años en recibir un diagnóstico preciso.
Además, existen síntomas premotores, que pueden aparecer años antes de los síntomas motores:
- Pérdida del olfato.
- Estreñimiento.
- Trastornos del sueño (REM), donde el paciente “actúa” sus sueños con movimientos o sonidos.
“El Parkinson no tiene cura, pero su tratamiento busca aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Para ello, se utilizan medicamentos que prolongan la actividad de la dopamina o reponen sus niveles como, por ejemplo: la combinación de Levodopa-Carbidopa. Además, la terapia física, ocupacional y del habla es fundamental para mantener la movilidad y la comunicación. En casos más avanzados, la estimulación cerebral profunda puede ser una opción quirúrgica para controlar los síntomas y mejorar la funcionalidad del paciente”, continuó la directora médica nacional de Ospedyc.
Para mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados de Parkinson, se recomienda adoptar ciertos hábitos diarios: la actividad física regular ayuda a mantener la movilidad, mientras que el uso de calzado cerrado con suela adecuada reduce el riesgo de caídas.
También es fundamental adaptar el hogar para una movilidad más adecuada, retirando alfombras y colocando barandas en las escaleras para mayor seguridad, además de mantener una buena iluminación, especialmente durante la noche. La música puede ser una aliada al caminar, ya que ayuda a marcar un ritmo y separar los pies unos 20 centímetros mejora la estabilidad.
Además, es importante mantenerse hidratado y optar por alimentos fríos antes de las comidas para estimular la deglución, mientras que el uso de cucharas pequeñas facilita la masticación y el proceso de tragar. Asimismo, practicar técnicas de relajación y control de la respiración puede contribuir a un mayor bienestar, y seguir una rutina estable de sueño ayuda a mejorar el descanso y la calidad de vida del paciente.