Lula quiere que el pacto UE-Mercosur respete la reindustrialización de Brasil y Argentina
El expresidente y candidato presidencial brasileño Luiz Inácio Lula da Silva defendió este lunes la reindustrialización de Brasil y Argentina como prioridad para una renegociación de un acuerdo comercial alcanzado hace tres años entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) pero aún no ratificado, a poco más de un mes de las elecciones y en momentos de renovada discusión geopolítica mundial por la guerra en Ucrania.
A la vez, el favorito a ganar los comicios del 2 de octubre en Brasil y frustrar la reelección de su rival de extrema derecha y presidente Jair Bolsonaro, destacó que las victorias electorales de políticos progresistas en Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Colombia de este y de los últimos años “son una demostración de que el pueblo latinoamericano no quiere más fascistas dirigiendo el continente”.
En un encuentro con corresponsales de medios extranjeros en San Pablo, entre ellos Télam, el exlíder sindical y referente de la izquierda regional reflotó sus tradicionales posturas en política exterior, como la reforma de la ONU, y puso en duda la efectividad del acuerdo UE-Mercosur, que fue anunciado con bombos y platillos en 2019 pero que es resistido por varios países.
“Quiero establecer un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Estuvimos muy cerca y necesitamos tomar en cuenta lo importante para Sudamérica. Brasil no puede abdicar de su derecho de reindustrializarse. Argentina no puede abdicar de ser un país con una fuerte industria. Un acuerdo es para que todos ganen”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Para Lula, “el acuerdo con la UE no es válido porque no fue concretado por los países que lo firmaron”.
“La relación con la UE siempre fue la mejor posible, mucha gente amiga gobernando varios países europeos y vamos a buscar establecer los acuerdos. Creo que Argentina, Brasil, América del Sur y Europa necesitan esto. Creo que América del Sur está haciendo algo importante para la Unión Europea en este momento, un respiro, tranquilidad y posibilidades”, dijo Lula.
El exmandatario (2003-2010) volvió a describir a Sudamérica como un importante socio comercial y político alternativo para la UE en el marco del nuevo escenario geopolítico generado por la guerra en Ucrania, que distanció a Europa de Rusia.
“Brasil no necesita estar de acuerdo con algo que no esté dentro de las necesidades de Brasil. Lo que queremos discutir con Europa es no renunciar a nuestro interés de reindustrializar”, dijo Lula, que repasó la caída de la producción industrial de la mayor economía de América Latina.
En el marco de la campaña electoral hacia la primera vuelta presidencial del 2 de octubre, Lula, favorito en las encuestas, repasó las recientes victorias de Gustavo Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile y Pedro Castillo en Perú las conectó con la llegada al poder del presidente Alberto Fernández tras vencer a Mauricio Macri en 2019.
“Pienso que América del Sur vive un momento muy especial. Las victorias de Argentina, Chile, Bolivia y Perú son una demostración de que el pueblo latinoamericanos no quiere más fascistas dirigiendo a nuestro continente”.
En el encuentro con la prensa, en el que que estuvo acompañado por el excanciller Celso Amorim y el coordinador de su campaña, el exministro Aloizio Mercadante, Lula anticipó que, en caso de volver al poder, una de sus prioridades diplomáticas será abrir negociaciones con muchos bloques.
“Si vuelvo a ser presidente volveré con más voluntad para trabajar en la integración de América del Sur porque ya conozco dónde erramos, dónde fallamos, lo que dejamos de hacer, pero el pueblo dio una demostración extraordinaria eligiendo a los que eligieron. ¡Quién se imaginaba que un presidente de izquierda ganaría en Colombia!” por primera vez en la historia, subrayó. Según Lula, es necesario tener “más fuerza” para negociar con otros bloques.
El presidente brasileño también repasó una de las cuestiones por las que el Gobierno de Bolsonaro ha recibido más críticas internacionales: la preservación ambiental de la selva amazónica, de la cual Brasil tiene el 60% de su territorio.
Propuso un trabajo conjunto por la preservación de la selva con Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú y anunció que, además de crear el Ministerio de los Pueblos Originarios, su eventual gobierno estará decidido a terminar con la minería ilegal.
Lula rindió homenaje al indigenista brasileño Bruno Pereira y al corresponsal inglés Dom Phillips, asesinados el 5 de junio por la mafias que explotan ilegalmente la selva amazónica, y dijo que reforzará los organismos de control y fiscalización en la gran selva sudamericana, la mayor reserva de biodiverisidad del mundo.
“Brasil es soberano, pero no puede ser ignorante e impedir que la ciencia pueda explorar la biodiversidad para producir fármacos, cosméticos y generar recursos en forma sostenible para los 28 millones de personas que viven en la región amazónica”, dijo.
Lula también se ofreció, en caso de vencer las elecciones, a mediar en conflictos mundiales, y citó como ejemplos la guerra de Ucrania y las tensiones entre China, Taiwán y Estados Unidos por la reciente visita de la líder del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla autónoma que Beijing considera una provincia rebelde.
“El mundo necesita paz porque hay mucho dinero volando y pocos empleos en el mundo. Debemos reformar la ONU para tener más fuerza y que este conflicto en Ucrania no se prolongue. La ONU tuvo fuerza para crear Israel pero no tiene fuerza para crear un Estado Palestino”, aseguró.
Lula se pronunció a favor de ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU con la inclusión de más miembros permanentes, con derecho a veto, entre los cuales citó a Brasil, México, Egipto, Japón, Alemania.
“No podemos tener el diseño del mundo de la posguerra mundial, hay que acabar con el veto”, subrayó al fustigar el poder de voto y veto de los cinco miembros permanentes del consejo: Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia y Rusia.
En el plano interno, el líder del PT fustigó los ataques de Bolsonaro al sistema electoral y sus insinuaciones de que podría no aceptar el resultado electoral, y lo calificó de “mala copia” del expresidente estadounidense Donald Trump, que no aceptó su derrota ante Joe Biden e incitó un ataque de sus seguidores al edificio del Congreso cuando los legisladores certificaban el triunfo del actual mandatario demócrata.
“Brasil vive una situación anómala, tratándose de un país democrático, por causa de las ‘fake news’, que intentan crear conflicto en las buenas intenciones de millares de brasileños, y esto se pone peor cuando el presidente se empeña en crear problemas en las instituciones creadas para fortalecer el proceso democrático”, afirmó Lula.