El PRO de Córdoba resiste la intervención de Macri y lo acusan de pretender armar las listas electorales desde Buenos Aires
La intervención que dispuso el presidente del PRO, Mauricio Macri, al partido en la provincia de Córdoba, se coló intempestivamente en la cumbre del Consejo Nacional del viernes en un hotel del Abasto.
El asunto cordobés le está sacando canas verdes al ex jefe de Estado, que no imaginó que la controversia iba a llegar tan lejos, con consecuencias impensables a nivel nacional.
Demasiado ya tenía que lidiar con el escándalo de Cristian Ritondo, ausente en el encuentro partidario por la denuncia de corrupción y enriquecimiento ilícito que lo salpica.
Fue la diputada nacional por Córdoba Laura Rodríguez Machado, espada política de Patricia Bullrich, quien sin pelos en la lengua le enrostró a Macri la intervención del partido en su provincia, por la cual se desplazó a Oscar Agost Carreño de la presidencia para implantar allí a la porteña Laura Alonso.
Según pudo saber la Agencia Noticias Argentinas de fuentes directas que participaron en la reunión, Macri escuchó cómo la legisladora lo acusaba de querer manejar los destinos del partido en Córdoba desde “un escritorio de la Capital” y le reprochó que esa decisión no figuraba “ni en el acta” del partido.
Desconcertado por el estiletazo, Macri buscó la mirada cómplice de su primo, Jorge Macri, quien estaba sentado a su lado, como queriendo adivinar en el rostro del jefe de Gobierno porteño una respuesta política pertinente que nunca llegó.
Rodríguez Machado reforzaría su queja en sus redes sociales. “La intervención del PRO de Córdoba no solo es una injusticia, es una traición a los valores que fundaron nuestro partido y al trabajo militante”, manifestó.
“Esto no es solo una lucha por Córdoba. Es una lucha por un PRO democrático, transparente y verdaderamente federal. La intervención no es la solución, es el problema”, machacó, sugiriendo una escalada del conflicto.
“No destruyamos lo que tanto nos costó construir. ¡Defendamos nuestra identidad y nuestros principios!”, culminó la cordobesa bullrichista.
Si bien Rodríguez Machado y Agost Carreño juegan en ligas separadas (la primera más cerca del oficialismo libertario y el segundo como parte del bloque opositor Encuentro Federal) el vaso comunicante que los une es la resistencia a la pretendida conquista macrista de la franquicia cordobesa.
Ambos controlan la diaria de la fuerza política en Córdoba y la intervención pone en jaque esa dinámica.
El interés que los ubica en una misma trinchera es evitar que Macri pueda hacerse de la lapicera para el armado de las alianzas y de las listas electorales, utilizando a Laura Alonso como ariete política y guardiana del sello a nivel provincial.
La disputa ya se juega su suerte en la Justicia: Agost Carreño presentó la denuncia en el juzgado federal y espera una resolución a su favor.
“Mauricio Macri decidió volver a ignorar el federalismo y la democracia para seguir matando el gran partido que fundó. Intervinieron al PRO Córdoba y a todas sus autoridades; lo hicieron por razones ideológicas y para evitar elecciones internas con el objeto de decidir en Buenos Aires las candidaturas cordobesas para 2025”, tuiteó el diputado de Encuentro Federal.
A su entender, “no hay justificación para esta decisión arbitraria”, en tanto que lamentó “profundamente que no se animaran a ir a las urnas, que son la base de la democracia”.
“Voy a seguir peleando hasta las últimas consecuencias para defender la autonomía y, sobre todo, los derechos políticos de los afiliados del PRO Córdoba. El federalismo, la transparencia y la democracia no se declaman, se practican”, concluyó Agost Carreño.
Según señalaron a la Agencia Noticias Argentinas fuentes muy cercanas al diputado cordobés, la medida de intervención es insólita porque se hace en “un distrito sin irregularidades” de funcionamiento, con balances económicos aprobados.
También subrayaron que el Pro Córdoba ya “había iniciado su proceso de elecciones internas” (ya que el mandato de Agost Carreño como presidente del partido culmina en febrero próximo) y eso “es lo que buscó frenar el PRO nacional con la intervención”.
En ese sentido, aseveraron que “el proceso es nulo porque se citó sin orden del día, no se accedió a votar nominalmente, lo decidió una Mesa Ejecutiva de manera no pública, se pidió ratificar en el Consejo Directivo sin siquiera leer su contenido, y además ”no se permitió derecho de defensa de ningún tipo”.
La jugada de Macri para desplazar a Agost Carreño se enmarca en una estrategia general para controlar al PRO en todo el país de cara al armado electoral del 2025.
El diputado cordobés no solamente se negó a integrar el bloque del PRO que conduce Ritondo para integrar la bancada de Encuentro Federal, sino que además es muy crítico del rol abiertamente colaboracionista que tuvo el macrismo con el Gobierno durante todo el año.
Por eso, Macri se propuso como primer paso castigar a Agost Carreño por su “indisciplina partidaria”.
Para el fundador del PRO, garantizarse el dominio en Córdoba es fundamental en un contexto de creciente tensión con el Gobierno, que invita a pensar que la fuerza amarilla y La Libertad Avanza bifurcarán sus caminos en los principales distritos del país.
Córdoba es uno de los distritos donde históricamente el ex presidente pisó más fuerte y donde siente que su figura es más reivindicada, pero desde la irrupción de Milei, y más aún desde que el libertario asumió las riendas de la Casa Rosada, su influencia en el electorado antikirchnerista está en disputa.
En este marco, la idea de Macri es armar una alianza con la UCR de Rodrigo de Loredo que sea competitiva en relación a la oferta electoral que presentará La Libertad Avanza, que a nivel provincial tiene como principal referente al jefe de la bancada libertaria en Diputados, Gabriel Bornoroni.
“Vamos a prepararnos para hacerle una oferta electoral interesante en todo el país a los argentinos, proponiéndoles más cambio y más república”, dijo Macri en el cierre de su discurso en la reunión del Consejo Nacional, sugiriendo que su partido y el de Javier Milei competirán en frentes políticos separados en 2025.