El Hospital Cullen incorporó una innovadora técnica para cirugías cardiológicas
Un equipo interdisciplinario del Hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe logró resolver una estenosis aórtica en una paciente de 57 años, mediante un implante de válvula aórtica por vía endovascular.
La intervención permitió que no fuera necesario recurrir a la cirugía convencional, que implica más riesgos, períodos de recuperación e internación más complejos y prolongados, según explicaron profesionales que participaron de este procedimiento que hasta el momento no se había realizado en un efector público del centro norte santafesino, ya que en el sur provincial se lleva a cabo en el Hospital Centenario.
Al respecto el director del Hospital Cullen, Bruno Moroni, celebró que “comiencen a realizarse estas intervenciones incluyendo tecnologías y técnicas complejas que favorecen la calidad de atención de los pacientes y conlleva diversos beneficios”. También destacó que la paciente permaneció 48 horas internada después de la cirugía y que luego del alta sigue con controles de rutina con una evolución favorable en su domicilio. “Es un momento muy importante porque a partir de ahora las personas que estén en condiciones de ser tratadas de este modo, y que no cuenten con recursos para hacerlo en el ámbito privado, podrán hacerlo en el hospital, que amplía sus prestaciones y tratamientos. Es decir que, con ello, ampliamos accesibilidad y derechos”, continuó destacando.
Menos invasiva, mejor recuperación
Oscar Birollo, jefe del servicio de Cardiología del hospital Cullen, y especialista en Cardiología Intervencionista, expresó su satisfacción por lo realizado y destacó los pormenores de la intervención, que en esta primera experiencia presentaba algunas complejidades a partir de patologías de base que presentaba la paciente y hacían imposible una cirugía convencional con anestesia total.
La particularidad del implante de válvula, explicó, es que se realiza de modo mínimamente invasivo, por vía percutánea con un pequeño catéter, ingresando por la ingle llegando desde y a través de la arteria femoral hasta llegar a la válvula aórtica, que está en el corazón.
“La patología que se puede tratar de esta manera es una estenosis de la válvula aórtica, que va generando que la válvula se estreche y eso ocasiona que la persona pierda capacidad de respiración y capacidad cardíaca, que ya no se soluciona con medicamentos. Entonces, en el 80 o 90 por ciento de los casos debe hacerse un recambio de la válvula mediante una cirugía “a cielo abierto”, de 4 ó 5 horas, con anestesia total, con circulación extracorpórea, que además requiere de una recuperación de al menos cuatro o cinco días en Unidad Coronaria; y luego del alta, hasta 10 días para que la persona pueda volver a caminar”, detalló.
“Con el recambio valvular percutáneo, conocido internacionalmente como TAVI, lo que hacemos generalmente es un acceso desde la arteria femoral de la ingle logrado llegar a la válvula cardíaca de la persona con un catéter. La válvula viene montada o preparada en un sistema de liberación donde no hace falta una cirugía abierta y desde allí se corrige el problema”, enfatizó.
Proceso interdisciplinario
Finalmente, Oscar Birollo dijo que la intervención “fue la etapa final de un complejo proceso que requirió de trabajo arduo, interdisciplinario, solidario y comprometido, al menos en esta primera experiencia en el Cullen, que demandó más de ocho meses de preparación”.
Por su parte, el director del hospital Cullen, Bruno Moroni agradeció a los servicios de Cardiología, a través de las secciones Hemodinamia, Valvulopatías, Unidad Coronaria, Internación, Cardiología; servicios de Neumología, de Cirugía Cardiovascular, de Anestesia, de Compras y de Auditoría.
En la cirugía intervinieron los doctores Mario Cibils, Julián Dalurzo, Oscar Birollo, Juan Pablo De Brahi (hemodinamistas); el anestesista Juan Ignacio De Brahi; las enfermeras Adriana Pinto, Ismael Albarenque, Evelyn Ortiz, Milagros Maidana y Florencia Bertuni; además de Florencia Berli, Claudio Alva, por radiología.