El diputado Valdés marcó “la gran elección de Lula” y estimó que ganará en balotaje
El diputado Eduardo Valdés (Frente de Todos) subrayó este lunes “la gran elección de Lula” y estimó que ganará en el balotaje, aunque advirtió sobre los riesgos de las sociedades “muy polarizadas” en base a los resultados electorales en Brasil, e instó a no caer en antagonismos de “Capuletos contra Montescos”.
“Ha sido una gran elección de Lula, lamento que otros tengan otra descripción”, señaló el legislador, que preside la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, y valoró que el expresidente y líder metalúrgico de 76 años se haya impuesto “por 48,3% o 48,5% contra 43,2 de (Jair) Bolsonaro, cuando Bolsonaro está gobernando”.
En cuanto a la segunda vuelta prevista para el 30 de octubre, Valdés compartió su “expectativa de que (a Lula) le falta muy poco“, apenas “dos puntos, punto y medio”, para resultar vencedor, y manifestó ser optimista ya que, en su visión, el candidato del PT finalmente “va a ganar”.
En declaraciones realizadas a Télam desde el Café Las Palabras, donde exhibe su colección de objetos ligados a la historia argentina, el diputado basó su confianza en un triunfo de Lula en la capacidad de ampliar alianzas que atribuyó al dos veces presidente de Brasil.
“Está muy cerca, con los votos de la tercera fuerza, alcanza, y hay que ver si los que no fueron a votar, votan“, argumentó.
Al evaluar las perspectivas de la situación brasileña, señaló que en el caso de una victoria del lulismo el líder de la izquierda logrará gobernar, incluso con un Parlamento con mayoría del bolsonarismo, porque para eso -dijo- está “la arquitectura de la política, que es el día a día y se va modificando dinámicamente”.
La polarización de la sociedad
En su análisis, Valdés planteó que desde la Argentina hay que “tomar nota” de los “marcos de la sociedad muy polarizados” que reflejaron los números de la elección en Brasil, un proceso regional que excede a ese país, y sostuvo que “América Latina tiene que ser pensada desde ese lugar”, aunque con la prevención de no incurrir en prácticas de “sectarismo”.
“Para mí el mundo se polarizó a partir de los supremacistas que llevaron adelante la campaña electoral de Donald Trump, que piensan que hay un grupo de hombres superiores a los otros, y ese supremacismo de Trump se empezó a diseminar con Vox en España, en Italia ya lo vemos, y en Brasil, (con) Bolsonaro, que surge muy contemporáneo a Trump”, analizó.
El legislador del oficialismo se ubicó en las antípodas de ese modo de pensar el mundo, ligado con lo que algunos llaman extrema derecha, al definirse como alguien a quien le interesan “las sociedades igualitarias y que no se cree más que nadie”, aunque luego aseguró que las diferencias no deben llamar a “entrar en el sistema del odio del otro”.
“Lo primero que debemos hacer es no entrar en el sistema del odio del otro, porque donde uno entra en esa lógica se convierte en un odiador, y seguramente hay buenas personas en los distintos espacios políticos. Hay que empezar a trabajar con los que uno pueda”, convocó para promover el diálogo y buscar acuerdos entre sectores políticos rivales, y en ese sentido resumió: “Lo que no tenemos que hacer es Capuletos contra Montescos”.
Tras la cita a Romeo y Julieta de Shakespeare, recordó un hecho reciente de Brasil para poner un ejemplo de su convocatoria: “Fíjense que Fernando Henrique Cardoso, el presidente quizá de más prestigio después de Lula en Brasil, que fue un hombre que confrontó con él, decidió apoyar a Luiz Inácio Lula Da Silva en aras de la institucionalidad democrática”.
“Yo creo que de acá en más debe primar en la construcción política la sociedad de los mejores valores. Se van encontrando puntos, hay que trabajar eso desde la sociedad política, porque lo de Brasil está muy cerca”, completó, para advertir sobre el riesgo de que el sistema político de la Argentina se consolide a través del tiempo en una fractura que dificulte la convivencia.